martes, 13 de diciembre de 2011

Santa Claus existe y es mi mamá

Era la víspera de navidad y como cada día solo había un poco de pan para comer, tal vez no hubiera sido tan difícil si no fuera que cada vez éramos mas niños, si tan solo mi madre se decidiera a dejarlo pero me sabia muy bien su contestación, es mi cruz y así me tocó vivir, siempre he cuestionado eso de es mi cruz, como si uno tuviera que conformarse con lo que sucede alrededor y no pudiera tomar una decisión al respecto, como podía ser su cruz si cada año tenia mas hijos y mi padre sin trabajar, la rutina de verlo borracho no era un buen espectáculo, los gritos y reclamos, el golpe que dejaba caer sobre mi madre, la rutina ya la sabíamos la habíamos vivido tantas veces después de que la golpeara, le insultara y gritara, tardaría varios días pero al final llegaría con unos cuantos pesos y arrastrándose por un perdón y mi madre invariablemente lo volvería a recibir en casa, esta navidad no era diferente a cualquier día que en mi vida viviera, mi madre con sus manos lastimadas de tanto trabajar y las lagrimas de impotencia de no poder comprar un pequeño juguete para sus hijos, recuerdo verla corriendo a la tienda y con las pocas monedas comprar unos dulces, esa noche después que mis hermanas se fueron a dormir nos dimos a la tarea de cortar unos pequeños pedazos de tela y hacer unas bolsitas para los dulces, por la mañana mis hermanas buscaban presurosas sus regalos, aun recuerdo la tristeza de no encontrar un juguete, sin embargo fueron felices en ese día, ese día de navidad había dulces para comer y ese día me di cuenta que Santa Claus existe y era mi mamá.

Fragmento rescatado de la infancia de mi madre.

Un día la abuela decidió dejar al abuelo, solo cuentan que el siguió tomando como cada día hacia y un día lo encontraron muerto cerca de un arroyo, algunos cuentan que fue una congestión alcohólica, otros dicen que al punto borracho cayo con la cara boca abajo en el arroyo y murió ahogado, la abuela emigró a los estados unidos con cinco de sus hijos, cuatro se quedaron en México, toda su vida trabajó, tuvo un restaurante en Dallas y se volvió a casar, enviudó, compro tres casas, un día vendió una casa y el restaurante y las otras dos las heredó a sus hijos, falleció muy joven pero se que vivió su vida plena, siempre recordaré sus palabras…

Una vez me case por pendeja

La segunda por necesidad

La tercera por amor

Deseando que no haya tantas pendejas en el mundo :D



2 comentarios:

  1. Hay que me haz arrugado el corazon...que infancia la de tu madre. El tema del abuso domestico es un tema trajico para mi. Bien por tu abuela!!! Estoy contigo...no mas pendejas. iela

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  2. Me duele lo que escribes , como no tienes idea....lo bueno es que no dejaste que ese patron se repitiera en tu vida y al dia de hoy eres una excelente madre que le das a tu hijo todo lo que puedes y luchas dia a dia por el...

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