viernes, 5 de mayo de 2017

Mi vida es una aventura cada dia

Como cada día, siempre tengo algo por cual reírme y muchas veces o la mayoría de las veces carcajearme.


Hora de ir a comer, mi compañero de comida no esta, así que recibo mensaje de otra compañera y le digo ok vamos.


Al ser ella la que me invita, ella lleva su auto, ella sabe a que bistro vamos y así simplemente la sigo obedientemente.


Subir al auto, llegar al semáforo y en esta jungla llamada ciudad, muchas veces nos encontramos con algunos orangutanes al volante, para mi eso no es extraño, solo los ignoro, me rio o les doy el paso o pienso para mis adentros seguro tiene diarrea y por eso es su prisa en llegar a su destino.


Primera alarma de mi compañera llamémosla madre tierra que esta en sus 5 minutos, no solo eran 5 minutos eran todo un día, si veías su rostro, notabas el cansancio, el stress, la fatiga, el malhumor, en pocas palabras andaba mega hiper emputada o encabronadisima.


Mi sentido vale madres se activa y la verdad me vale lo que pase a mi alrededor, pero cuando un automovilista toca el claxon y queriendo dar vuelta en 3a fila el orangután, mi compañera madre tierra se le activa el chip inga tu madre, le hace la britney señal (o sea le muestra el dedo de en medio, si el dedo grosero) le dice cosas como wey que no ves que vas en 3ra fila y cosas así aparte le sale el lenguaje floreado #%&$([( hijo de tu "$#& cabr### hijo de.... casi se me revientan mis castos oídos.


Yo sigo para mis adentros asustada, externamente voy muerta de risa.


Llegamos al bistro, no hay lugar donde estacionarse, se estaciona en área prohibida, no digo nada, bajamos estamos en el bistro cuando tras el cristal mira un oficial de tránsito levantando una multa, va corriendo, mientras tanto yo observaba detrás del cristal y como mis alimentos ya habían sido servidos, pues estaba comiendo y viendo la escena, ingao me faltaron las palomitas nada mas.


Regresa y me cuenta, al final no le pusieron multa, sus ojos rojos casi al punto del llanto, por lo visto la madre tierra tenia un mal día. Yo aun sigo riendo, no niego que estaba asustada a tal punto que decía ya no vuelvo a salir a comer con ella, pero luego dije y después como es que seguiría viviendo estas aventuritas.


La escucho tranquilamente, intento hacerla sonreir, no lo consigo, termino dándole un abrazo y deseando que pronto suelte todo su estress.




Ese día casi me veía regresando a la oficina en Uber, que necesidad tengo que vivir este estrés en mi hora de comida, sin embargo lo recuerdo y me sigo riendo... sigo pensando solo me faltaron las palomitas (si soy de lo peor, ja ja).









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